En este preciso instante, la belleza le está tocando el rostro, con dedos de niña.
Si usted no se da por aludido, puede que ella lo acaricie tiernamente.
De persistir en su desdén, aunque no siempre, es aún probable que la belleza le de un bofetón leve y amistoso, o un empellón en el que ya se podrán adivinar las raíces gruesas del fastidio.
Una sola cosa nunca sucederá: que la belleza lo despierte a sacudones de su coma prosaico, de su letargo catódico u oficinezco; antes que eso se aburrirá de usted e irá a buscar el aprecio de otra persona.
La belleza es una lluvia a mares, pero no moja al que no quiere mojarse.
Éste es, no lo dude, un homenaje descaradamente plagiario a Julio Cortázar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Índice de instrucciones
Se sabe de un viajante de comercio a quien le empezó a doler la muñeca izquierda, justamente debajo del reloj de pulsera. Al arrancarse el reloj, saltó la sangre: la herida mostraba la huella de unos dientes muy finos.
Fragmento de: "Instrucciones-ejemplos sobre la forma de tener miedo" de Julio Cortázar.
Fragmento de: "Instrucciones-ejemplos sobre la forma de tener miedo" de Julio Cortázar.
3 comentarios:
...sepamos mojarnos, entonces, con un agua de tanto valor, y dejemos a un lado nuestros paraguas enceguecedores...
nada más bello, la belleza.
Sabés, Ale? A mí la belleza me ha tocado el rostro y me ha besado.
Y desde ése momento disfruto de ésa lluvia a mares, girando con los brazos abiertos y no pienso dejar de mojarme por ella...
Gracias por Instrucciones tan bellas, valga la redundancia...
Un beso!
Queridos clientes y amigos:
Nada que agregar a sus oportunos comentarios.
Dejemos a un lado nuestros razonables paraguas y dejémonos empapar por la belleza.
Atentos saludos.
Publicar un comentario